Hola de nuevo:
Esta entrada, que escribo ya en España (con "ñ" y con acentos de nuevo), será posiblemente una de las últimas hasta que vengan los americanos hacia finales de marzo de 2014 puesto que el viaje y estancia en América ha finalizado, creemos además que muy satisfactoriamente.
De todas formas, les aconsejamos que sigan consultando este blog de vez en cuando, aunque por supuesto también tenemos sus emails para comunicaciones importantes y/o urgentes.
La fiesta de despedida tuvo lugar en casa de la familia Voelzke, con el estilo habitual de entrega, generosidad y preparación hasta el mínimo detalle.
Como comenzó a las 11 de la mañana, hora americana, la comida ofrecida consistió en una mezcla de desayuno-almuerzo, que se prolongó hasta las 14:30 en que finalmente salimos para el aeropuerto, no sin antes presenciar algunas escenas sentimentales por parte de españoles, americanos y algún que otro padre.
En distintas partes de la casa, había dos televisores mostrando fotos de los estudiantes hispano-americanos durante estas dos semanas. Asimismo, los anfitriones nos regalaron individualmente una foto de grupo que tomamos en la fiesta de bienvenida, con soporte.
Hacia el final, Rebecca y yo dirigimos unas palabras de agradecimiento-resumen de esta primera parte del intercambio y se nos hizo obsequio de una bolsa con el logo del instituto y diversas cositas dentro.
El viaje de regreso duró solo unas 7 horas (dos menos que a la ida) por cuestiones de viento y otras que no conozco.
Ya en España y en plena Mancha, el interior del autobús se vió invadido por enjambres de invisibles moscas tsé-tsé, que causaron estragos en la tropa de jóvenes y no tan jóvenes viajeros.
Por fin al doblar Miguel Hernández avistamos a nuestros queridos familiares con sus conmovedoras pancartas.
Y esto es todo por ahora. Hemos estado viajando el día 9 hasta las 2:30 de la noche americana, pero hemos llegado a Madrid sobre las 8:30 de la mañana de hoy, domingo 10. Y uno no puede dejar de preguntarse: ¿donde están las 6 horas que realmente no hemos vivido?
Por eso les recomendamos tengan paciencia con sus hijos durante estos primeros días por si el jetlag da señales.
Las familias americanas parecen superarse año tras año en su calurosa y sincera hospitalidad y no dejan de sorprendernos. El tiempo durante estas dos semanas también se ha puesto de nuestra parte y ha contribuido a que las cosas salgan mejor.
Estas familias y los estudiantes americanos, los profesores y la administración del instituto americano han quedado muy satisfechos de la experiencia y han alabado hasta la saciedad el buen comportamiento y el buen nivel de inglés de nuestros alumnos españoles. La mayoría de sus hijos han sido invitados a ir a las casas americanas cuando quieran y, en muchos casos, la invitación ha sido extensible a los padres. Y les aseguramos que no se trata de un "por cumplir".
Pedro y yo estamos también muy satisfechos del desarrollo de todo, felicitamos a sus hijos por su comportamiento y saber estar y nos quedamos muy tranquilos por haber hecho todo lo que consideramos que debíamos hacer en cada momento y con la mejor de nuestras voluntades.
Saludos afectuosos.
